jueves

tomo cada migaja de un almuerzo apurado
mojo cada rincon polvorizado de mi pieza

muevo los inmóviles que se reunen aquí
conmemoro el dinamismo en este pantano de recuerdos

pretendo nuevos olores.

la piel empieza a desescamarse
y el pelo lentamente cae,
todo sigue como corresponde

la rutina de este dia sin tiempo
a la espera de uno nuevo lento y pacificador
o algo parecido

a la espera de que estas ganas de peguen en mis ojos
y nada más.

martes

se comienza a caer su piel
una mas dos
cada capa lentamente
y lo absorve su vida podrida
una masa de cuerpo
que cae en un rio
la criatura lanzada al mundo
no aprendo a caminar ya

dolida la masa continua el flujo del agua
en cavernas termina su antigua humanidad
perdida su dignidad o algo similiar
tambien perdido el sentido

se arrastra
arrrastra sus aletas
tranformada en tierra
de la tierra y sucia termina cayendo
en el silencio

las pocas y gastadas
que le quedan ideas
comienzan a esfumarse como el aliento
de haber ingerido algo

un animal se acerca y desprecio,
eso no es animal
eso es tierra con nostalgia de otra.

caida
caida yo
naturaleza avergonzada
comienza a corromperse la masa
brotando de la piel el espesor de la tristeza.

en un rincon desvaneciendose
de sus ojos
queda la imagen
aun memoria
de una vida que
se quiso rescatar
y que hoy
en un instante ya sin lenguaje
se ha ido
se ha ido de la necesidad.

sábado

El viento, el viento alto

El viento, alto en su elemento
Me hace más solo -no me estoy
Lamentando, él se tiene que lamentar.

Es un sonido abstracto, insondable
venido del elusivo fin del mundo.
Profundo es su significado.

Me habla el todo inexistente en él,
Cómo la virtud no es un escudo, y
Cómo la mejor es estar en silencio.

F. Pessoa

miércoles

vapores sobre la ciudad
es la marea

vapores sobre ojos cansados
son los días encarnados en sueños

santiago rompiendose a destellos y fatiga
movimientos pendulares de piernas comprimidas
llorando la ciudad

ondas exacerban tu ida y venida
hoy, por hoy, te dejo
si volviera debo volver aqui.

lunes

las contenciones

recuerdo hoy el encuentro conmigo misma hace unos años
entre medio de pilares enormes del mall que quedaba cerca de casa

aparecen intermitentes e intermibales las caminatas por pastizales, mi mamá nos hacía ir a buscar al negocio de la esquina botellas vacías. que le pidieramos al viejo de al lado de casa que nos las llenara con agua. nos despertaba muy temprano, tempranísimo, igual alcanzaba a dar una vuelta a la manzana y una vuelta a la manzana que envolvía mi plaza en la que me aterraba llegara un auto, porque hacia poco que mi hermana me había sacado las ruedas chicas, y no controlaba el miedo, menos el manubrio. volvia y habia un pedacito de pan con mantequilla sobre la meza del comedor, teniamos que ponernos zapatillas, porque una vez que nos ibamos, no volvíamos hasta que el guardia nos echaba. mi mamá nos decía
que no hacía falta nada si pensabamos que no estabamos en el lugar que creíamos: que ese perro muerto, que esa hambre de días, que ese calor dormecedor, que el cansancio, no existían. dando la primera vuelta intentabamos sacar una granada, sin que nadie nos viera
jugabamos a ser los primeros
, pero nos demorabamos la tarde completa, nuestros pies pequeños, pequeñísimos, exhaustos, comenzaban a pegarse en el cemento caliente. pero a lo lejos veiamos carteles enormes, luces seductoras de cosas incalcanzables. ahi en ese lugar, en ese lugar del que fueron todas mis pesadillas hasta ayer, fui.

entremedio de la gente, escondida entremedio de cosas, de ideas de cosas, de ilusiones de posesion, de pertenecia y seguridad, metida en medio de cajas, tambien lei por primera vez, ahi, escondida tras esa puerta de personal, por las cornizas de un gran letero de luces fluorescentes, mirando las luces de los flippers, añorando una moneda que nunca conocí, colores que me hacían pensar en sueños inventados por vitrinas de seduccion inescrupulosa, ahi entre niños chocolates globos, ahi descubri quien era, pero que cerradas esas puertas, esas cortinas, vacio de gente, de aspiraciones y deseos, olvidé, olvidé hace 1000 años.

domingo

quiero escribirte, y tambien el aire que sale de tu boca,
y tambien los olores que salen de tu mirada
y los colores que salen de mi cuando te miro.
quiero escribirte cosas,
y cosas que se escriben sobre el amor.
quiero escribirte soledad
y describirte mi soledad sin ti,
o la soledad de saber que no estas aqui
quiero escribirte la mejor version de mi,
quiero escribir y que resultes tu.
quiero una copia de ti escrita
porque a ti no te tengo
y espero no querer tenerte.

quiero escribir tu pelo,
quiero escribir mi mano avanzando por tu pelo,
quiero escribir la incomidad de pasar mi mano sobre tu pelo sin sentir que entiendes el movimiento de esa mano sobre ese pelo.
quiero escribirte siempre,
quiero poder escribirte siempre,
y que eso dure mucho

quiero escribirte desidia,
quiero escribite distancia

quiero dejar de sentir que hago todo menos escribir y escribirte
porque no te ato. porque no esta funcionando
porque te escribo y percibo mi posesion sobre
tu mano y sobre tus manos sobre mi cuerpo
pero no tu sobre mi cuerpo, ni tu mente sobre esto que escribo

quiero escribrte pequeñez
de instante,
de fugacidad,
de amor
o de erotismo,
de calentura
de embriaguez
de error
de arrepentimiento
de dolor

quiero creer que escrbiendote
puedo segur sintiendo
que la escritura eres tú.

sábado

estoy

en el encuentro de ti mismo
y de las cosas que no recuerdo haber dicho
y de las cosas que no recuerdo haber hecho

jueves

los días contenidos

los días contenidos en unos hielos en vaso derritiendo
de ida y vuelta.
nublados de espesor, espesor de líneas
contadas de arriba abajo, hasta lo bajo
sonidos que tiran basura, la tiran en la cara
que revolucionan mi desconocimiento de tí
tomemos vigor
tomemosnos de los ojos
ceguemosnos de distancias

de ida y de espalda
escuchando esas penas
sobre esas contenciones
de cosas que se van y las que se van y las quiero.

Estos días contenidos
exitan mis ojos
exitan mis manos y quiero
tocar las barandas de mas manos tocadas
de ideas basureadas por llegar y correr.


martes

yo, mirando por la ventana o por el espacio que la cortina deja de ventana
de cielo negro con pajaros de agudo canto
de silencio de calles
de silencio de auto
se siente casi el mar, acá se siente casi el miedo

cuando miro por esa ventana o espacio de ventana que la cortina deja
y pienso en las lineas del cielo claro,
en lo difusas que son y en lo difusas que quieren ser
y empiezo a sentir de poco en poco ruidos de humanidad
casi torbellinos de histeria que atentan los colores que resguarda el viento

unas horas en la madrugada miro nuevamente
y se ha cerrado todo, mis ojos incluso
y mi mente empieza a saltar euforica,
la costumbre del dia la deja asi
y yo quiero que pare
quiero solo mirar ese azul negro del frio en la madrugada
y de los pajaros invisibles ruidosos que buscan picotiar mi sueño y el espesor de la soledad

sábado

fugacidad

del momento en que quiero mirarte
en el que espero sorpresas, tiempo sorpresa con cara de sorpresa
con postura encorbada, relajada; mi postura normal.
mi vida normal, siempre esperar, de mirar el borde, los contornos, y los regalos y sus contornos, el ejercicio de no mirar al centro o de mirarlo fijamente y perder esto, quizás eso. Y mirar las caras de otros, los tiempos y otros tiempos de caras perdidas, de caras rotas, siempre deformes por saber que los observo, me oculto no quiero que me veas, no quiero sorprenderte, sorprendeme a mí
la fugacidad, la reticencia, la resistencia, la resilencia
de mis defectos, de mis sueños, de ti.

El tiempo, el tiempo que espero que me,
que me mires y que pueda mirarte, sin iniciativa, o con mucha y por eso aguanto
no la suficiente para tocarte la cara, o quizás para mirarte y tocarte y tirar y rodar en el suelo
y mojarnos, mojar nuestro todo, y en mi todo tu todo inhundarme, después secarme, secarme de caliente, de más, más de deseo, de fucaicdad del deseo.

la velocidad de tus ojos, y de tus pies, pisando mi cara, pateandome fuerte la cara, con la sangre salpicando la tuya y la de los demás y el cielo y el cielo del cielo, empieza a carse porque la sangre derrite porque la sangre aplasta y te aplastaa ti y asi te aplasta contra mí, y de nuevo te toco, y mis caderas toman tu pecho y lo revuelcan en nuestro sudor.

o algo así, creo